La novela 'Patria' salta a las viñetas

Ha inspirado canciones, ha sido traducida a unos diez idiomas y dentro de poco la veremos en la televisión gracias a HBO. Forma parte del gran éxito que alcanzó la novela "Patria" que Fernando Aramburu publicó en 2016 y con la que consiguió retratar las dos caras de la sociedad vasca ante la banda terrorista ETA. Ahora da el salto al cómic gracias al trabajo de Toni Fejzula y la editorial Planeta Comics que llevan a las librerías la novela gráfica.

Apenas ha tenido contacto con el donostiarra mientras realizaba la novela gráfica, pero le hicieron llegar un borrador antes de la publicación y "me hizo constar que estaba encantado con el resultado", cuenta Fejzula nacido en Belgrado pero que reside en Barcelona desde que era joven. Ha respetado al máximo la obra original pero confiesa que se dio ciertas licencias para enriquecerla añadiendo detalles y herramientas propias de los comics y que no se podrán conseguir con la serie, por ejemplo.

En el trabajo de Aramburu están muy presentes los saltos temporales así como los diferentes estados emocionales por los que pasan los personajes protagonistas. Esto Fejzula lo ha conseguido con el juego de colores y "con la mezcla de técnicas. La transición de una a otra permite mantener un hilo narrativo y que el lector asocie cada faceta estilística con una emoción", explica.

Un trabajo que llegó por casualidad

La historia del proyecto tiene mucho más que ver con la causalidad que con la casualidad. A finales de 2017, se puso en contacto con el editor de Planeta Cómics y fue a visitarles simplemente para ver lo que hacían. Para él, con una sólida trayectoria en el género tanto en Europa como en Estados Unidos, era una primera toma de contacto, sin embargo, para la editorial era un especie de entrevista de trabajo que terminó con una oferta encima de la mesa. Así, de repente, sin haber digerido que, en realidad, estaba en una reunión formal le pusieron la posibilidad de adaptar "Patria". «¡Yo había leído la novela justo unas tres semanas antes de que me lo encargaran!», cuenta el dibujante que sin pensárselo demasiado, pese a la extensión de la novela (648 páginas, todo un Everest), aceptó el reto.