La inquietud de lo cotidiano

Óscar Zarazaga realiza bodegones domésticos propios de la pintura figurativa, pero desmarcados del realismo. “Mi fuente de inspiración es lo cotidiano, las cosas que me rodean, lo que vemos cada uno en casa todos los días”, asegura en el programa de Atónitos Huéspedes de Aragón TV.

“Doy bastantes más vueltas de lo que parece”

Ha experimentado diferentes etapas: dentro de la escenografía cotidiana, se centró durante un tiempo en la ropa y lo que las personas llevaban puesto, pero más adelante se decantó hacia el objeto: figuras, herramientas, pinceles, rollos de celo y muchas más cosas.

“Lo que hago es coger un objeto y al aislarlo y darle otra visión nueva, e incluso otra dimensión porque puede ser incluso a otra escala, adquiere otro sentido y punto de vista”, explica el artista.

“Aunque no sea algo conceptual, quiero que el conjunto de la obra tenga un carácter”

Una de sus últimas series consiste en aislar, escalar y colocar objetos en un fondo oscuro, de modo que adquieran tintes inquietantes, y parezca que “están flotando en el espacio”. “Está claro que mi pintura es figurativa, pero no es la realidad; de hecho, la realidad me gusta transformarla. No es hiperrealismo, me gustan las formas expresionistas y manejo mucho más el color”, explica.

Casi todos los paisajes, edificios, situaciones y personas que Oscar Zarazaga pinta tienen un significado personal para él: “una gasolinera por la que paso todos los días”. Dentro de sus referentes, encontramos personalidades destacadas como David Hockney, Fernando Martín Godoy, Roberto Colimina y Cecilia de Val.

Termina su intervención en el programa de Atónitos Huéspedes con una frase inspiradora sobre su vocación: “Es como respirar, es que lo necesito: es algo necesario y lo llevo desde que era pequeño”.