La historia del barrio Oliver en diez metros de arte

"Oliver, te quiero, eres vida para mi" es la frase de María Teresa Calvo, un vecina del barrio Oliver de Zaragoza que resultó ganadora del 'I Concurso de frases de amor' al distrito, con motivo de su centenario. Ahora sirve de hilo conductor para el mural de diez metros que preside la sala de lectura de la Biblioteca Vientos del Pueblo.

Es obra del dibujante zaragozano David Guirao, cuyos trazos han ilustrado buena parte de la literatura infantil de la última década en Aragón y numerosas obras clásicas de Cervantes, Bécquer o Fernando de Rojas, aunque es la primera vez que se atreve con algo tan grande: "Nunca había pintado a lo largo de diez metros y ha habido que seguir una estrategia diferente", confiesa Guirao.

La ilustración refleja la arquitectura del barrio, con sus características casas bajas con ropa tendida y algunos de sus elementos más característicos, como el depósito de agua, el parque lineal o 'El Túnel', un equipamiento que permite a los jóvenes desarrollar, ejercer y disfrutar del ocio y de la formación artística y cultural. También aparecen representadas las personas que recorren día a día sus calles y la mezcla de culturas que en ellas conviven: "Yo podría ser cualquiera de estos personajes, o mis hijos", explica Guirao, que reside en el Barrio Oliver en la actualidad.

Los orígenes del Barrio Oliver se remontan a la segunda década del siglo XX, cuando las torres y parcelas agrícolas fueron cediendo terreno gracias a personajes como el sacerdote Mosén Manuel Oliver, natural de Cantavieja, que adquirió y parceló algunos de estos terrenos para vendérselos a colonos que fueron conformando el vecindario que, pocos años después fue dividido por la vía del ferrocarril Zaragoza-Valencia, el corredor Verde Oliver-Valdefierro en la actualidad.