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La escultura como reflexión

Alonso Márquez juega con los volúmenes para invitar al espectador a pensar sobre la vida

Aragón Cultura /
icono foto Alonso Márquez en Atónitos Huéspedes

Alonso Márquez representa al ser humano en su esencia partiendo de materiales como el hierro y el bronce. Sus esculturas aspiran a parecer lo más anónimas posibles, “para que todos nos podamos reflejar en ellas”, afirma en el programa de Atónitos Huéspedes de Aragón TV. Así, trabaja las 3 dimensiones y busca “trascender ese volumen”, porque “tiene que afectar al espacio que lo rodea y al observador”, destaca. 

Ligereza con materiales pesados

El escultor realiza una reflexión: plantea una situación de transición en la que “andamos un poco perdidos, no sabemos dónde vamos”, e intenta plasmarla por medio de piezas evocadoras, de apariencia esquemática pero que invitan al movimiento como, por ejemplo, un balancín. Destaca una figura de un equilibrista, la que considera “una metáfora del ser humano actual: dejamos atrás algo que no volverá, no sabemos muy bien dónde vamos, no tenemos certeza ni tierra firme que pisar, y dedicamos toda nuestra energía para estar en equilibrio, para hacer un trayecto limitado y previamente trazado”, afirma en el programa de Atónitos Huéspedes.

La reinterpretación de las obras

Alonso Márquez considera que la parte conceptual de sus obras aparece a posteriori, una vez creadas. Tiene en cuenta también la reinterpretación que realizan los espectadores, que considera que la obra “se complementa y se completa con la interpretación del observador”. Sin embargo, las sombras también contribuyen al significado de las obras ya que, siguiendo los pasos del escultor y pintor Pablo Gargallo, pronuncian los vacíos, los recortes y las sombras prolongadas.

Un trabajo artesanal

El hierro y el bronce son los principales materiales con los que el artista realiza las figuras. Está abierto a múltiples materiales, pero busca la manifestación del paso del tiempo, algo muy fácil de conseguir con la oxidación del hierro. Busca un acabado antiguo, dándoles a sus creaciones una apariencia fragmentada, erosionada, como si estuvieran “cargados de misterio”. De esta misma forma, recoge objetos para reciclarlos y darles una nueva vida, algo que considera importante en la vocación de escultor.

Alonso comenzó su carrera con pequeñas figuras solitarias, para pasar a hacer todo tipo de obras y diferentes personajes. El considera su obra como “una forma de reflexionar la existencia humana”, y pone el énfasis siempre en “la interpretación del espectador de la pieza”.

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