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Javier Romero, ganador del concurso ‘Un detective llamado ADN’

El periodista aragonés se imponé con el microrrelato ‘Reinaldo Palote Palote’

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Javier Romero, ganador del concurso ‘Un detective llamado ADN’
icono foto Javier Romero, ganador del concurso ‘Un detective llamado ADN’

El periodista y escritor Javier Romero Collazos se ha impuesto en el II Concurso de microrrelatos: Un detective llamado ADN. Romero gana el primer premio con su microrrelato ‘Reinaldo Palote Palote’. El zaragozano Alejandro del Río García es el segundo premio del concurso.

El concurso que organiza Citogen selecciona la obra de Romero, que acaba de publicar su nuevo título ‘Tristán. La ética del monstruo’. El escritor trabaja como responsable de Comunicación de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión y presenta el programa musical ‘Los intocables’, en Aragón Radio.

El periodista consiguió el Premio Isabel de Portugal de Narrativa por su debut literario con ‘La noche en que Bunbury fue Elvis y Eva Amaral hizo los coros’. Su nueva novela, ‘Tristán. La ética del monstruo’, reinterpreta el mundo del vampiro y recuerda el mundo adolescente de los 80.

Microrrelato de Javier Romero: ‘Reinaldo Palote Palote’

“¡Reinaldo Palote Palote, el rey más machote!”. La masa enfervorizada que ha acompañado a la comitiva con los restos de Reinaldo II, sigue en la calle esperando mis conclusiones. El presidente y el arzobispo han sido los encargados de depositar la arqueta con los huesos sobre la mesa del laboratorio.

“Es importante que averigüe si le arrancaron el corazón”, me ha susurrado el prelado. El detalle tiene trascendencia ya que, según la tradición, al rey le hicieron un boquete con una espada. Murió en el acto pero el corazón siguió palpitando una semana, razón por la cual quieren promover su canonización. Desde el Gobierno apoyan la causa, se plantean añadir un corazón al escudo oficial y han encargado ya un mausoleo a Santiago Calatrava.

Sabemos que el autor del espadazo fue su propio hijo, siguiendo la tradición familiar. Antes de emprenderla con moros y judíos, Reinaldo había bañado su espada con la sangre de su padre y su hermano.

El clamor de la calle aumenta casi tanto como mi desazón. Miro de nuevo el hueso y una gota de sudor frío se desliza por mi frente.

El esternón no presenta ni un rasguño y esta pelvis es inequívocamente femenina.

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Javier Romero en La Torre de Babel
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