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IMAGINARIA: teatro inclusivo, máscaras del mundo y títeres como terapia

El Festival de Títeres e Imagen en Movimiento genera grandes historias y experiencias estos días en Binéfar

ARAGÓN CULTURA /
Wagner Gallo (F. Festival Imaginaria)
icono foto Wagner Gallo (F. Festival Imaginaria)

Un muchacho consulta su teléfono móvil mientras avanza en su monopatín por la calle cuando está a punto de sufrir un accidente al impactar con un coche que viene de frente. La escena, que podría ser perfectamente real en nuestra sociedad, es el inicio de la obra ‘Error 404’, que pone en escena el joven titiritero uruguayo, afincado con su familia en Málaga, Wagner Gallo, de la compañía Ángeles de trapo. Con ella se inician las representaciones para escolares del Festival de Títeres e Imagen en Movimiento de Binéfar, IMAGINARIA.

La obra elegida es un montaje de cuidada factura y de cuatro años de construcción que vio la luz en 2018 y que desde entonces ha recorrido varios países, desde Méjico a Corea del Sur. Es la primera obra de Wagner Gallo, de 33 años, pero con una dilata trayectoria de titiritero que comenzó a los 11 años, junto con sus padres creadores de Ángeles de trapo hace 17 años. 

‘Error 404’ es un espectáculo sin palabras dirigido a la infancia y a la juventud, un público cada vez más habituado a las nuevas tecnologías, como Steve, personaje principal, un joven común y corriente con una vida simple y rutinaria, sumergido cada vez más en un mundo repleto de aparatos tecnológicos (teléfono móvil, ordenador, dron, hasta un perro robot como mascota virtual). 

Esta delicada y emotiva obra invita a reflexionar sobre el valor de la vida y las maravillas que esta nos ofrece y que muchas veces pasamos por alto por pasar tanto tiempo enganchado a las pantallas digitales. El mismo Wagner fue un niño adicto a los videojuegos como reconoce, de hecho su experiencia le ha servido para inspirar esta aplaudida obra. "Este proyecto surge porque quería crear algo nuevo y además estaba enganchado a los videojuegos como casi todos los niños. Me di cuenta de que el tiempo se iba volando y después de jugar al videojuego no te quedan recuerdos. Empecé a moldear la idea y después de cuatro años salió a la luz en 2018 y comencé la gira mundial, llevando este mensaje súper importante para niños, adolescente y adultos en festivales. La adicción puede pasar a niños pero también a los grandes. He ido por varios continentes y me he dado cuenta de que la tecnología está globalizada porque los niños reaccionan y se ríen con las mismas cosas”.  

El espectáculo no repudia la tecnología, sino que lanza el mensaje de realizar un consumo responsable de la misma como el propio titiritero hace en su vida personal. “A veces me gusta jugar una partida de ajedrez en el móvil y cosas así, pero lo hago cuando no tengo nada que hacer, en los ratos muertos o cuando viajo en tren y las redes sociales las uso para comunicar y estar en contacto, pero muy poco”, detalla.

'La mirada del otro', la riqueza de la diversidad cultural

Máscaras rituales de culturas ancestrales para tiempos de pandemia y de mascarillas, en los que nos miramos a los ojos. Así define el responsable de la oenegé valenciana Sovint Cultura y Desarrollo, Pep Beltrán, la muestra ‘La mirada del otro’ que se puede ver a lo largo de toda la semana en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Binéfar.

La exposición consta de 60 máscaras, todas originales y algunas centenarias, de pueblos de culturas milenarias de América, Asia, África o Europa. Máscaras aparentemente terroríficas pero que son protectoras del hogar, procedentes del Himalaya, máscaras de Sri Lanka para exorcizar la enfermedad, otras máscaras contra la pandemia como las Kaule, utilizadas en Gabón para proteger a la comunidad frente a la enfermedad o a la brujería, de danza y de rituales como las utilizadas por una tribu de la Amazonía para realizar el rito de paso de las niñas a mujeres que implican la transmisión del conocimiento adulto, de animales de la selva, la terrorífica Ragda la viuda de Indonesia, el equivalente a nuestro hombre del saco o coco que se lleva a los niños que no se portan bien, u otras más lúdicas como las de la ópera de Pekín (aunque en realidad los actores utilizan maquillaje) o las de los populares luchadores mejicanos, éstas más recientes ya que datan de 1951. “Lo interesante es ver cómo el concepto de máscara cambia. Esta es una exposición de pandemia, en la que personas con máscara miran máscaras que a su vez miran a personas con máscaras en un juego infinito de espejos. Cuando ves las máscaras desde esa perspectiva es totalmente diferente”, cuenta Pep Beltrán.

Sovint es una oenegé que lleva desarrollando su actividad desde el año 2010 en el ámbito de la sensibilización social. Actuando a través de programas interculturales de sensibilización, educando en la convivencia y el respeto al diferente, reivindicando la importancia de conocer al otro para caminar juntos. Uno de sus proyectos troncales es ‘El museo ambulante de las Culturas’, basado en la metodología de aprendizaje significativo a través del objeto original, utiliza la exposición/ taller como instrumento para hacer accesible a diferentes colectivos elementos del patrimonio cultural de la humanidad.

En este contexto se enmarca la exposición ‘La mirada del otro’ donde se muestra cómo en las culturas ancestrales la máscara trasciende el disfraz. Es un instrumento para transformarse en el ser representado, un vehículo para transitar entre dos mundos, el mundo de los vivos y el de los muertos. “Para nosotros la máscara está asociada al disfraz, al carnaval o al teatro pero para otras culturas es una herramienta que utilizan para conectar con los antepasados y los espíritus”, explica Beltrán para quien los objetos como las máscaras “son como los usb, contenedores de memoria. Si eres capaz de acceder a esa información puedes conocer mucho de la persona que lo ha hecho, de su contexto cultural, sobre qué visión tiene su sociedad, qué miedos o alegrías tiene, …Una vez dentro de esa memoria te das cuenta de que las diferencias estéticas pueden ser muy espectaculares pero en el fondo todos los seres humanos tenemos los mismos miedos, esperanzas y alegrías”, explica.

Teatro de artistas con discapacidad intelectual

IMAGINARIA mantiene su apuesta por el teatro inclusivo como una de sus señas de identidad entre otras muchas disciplinas, dirigidas a todos los públicos y lo hace mostrando la última propuesta artística en la que viene trabajando el Taller ocupacional Nazaret de Cáritas Diocesana de Barbastro – Monzón en la localidad binefarense.

La obra, cuyos ensayos se llevan a cabo estos días en el Centro Joven de Binéfar, tiene por título ‘Cuentos para dormir’, es obra de  Ainhoa Casabón y narra la historia de dos hermanas y la aventura que supone para la familia acostar a la menor cada noche. Una de las educadoras sociales del Taller Nazaret Mapi Bona muestra la “ilusión” que impera estos días entre quince actores del centro, por su esperada vuelta a los escenarios.

La función del Centro Ocupacional Taller Nazaret es mejorar la calidad de vida de sus usuarios, todos con discapacidad intelectual y trastornos mentales, para facilitar la inclusión con igualdad de derechos en la sociedad. Se les forma en el ámbito del trabajo para capacitarlos de cara a su acceso al mercado laboral, y también se fomentan las habilidades sociales, deporte, ocio, y otras competencias básicas entre ellas la cultura.

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