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Periodista, actor y director de cine, su verdadero nombre era Antonio Martínez del Castillo. Al cumplir los cuatro años su familia se instala en Zaragoza, donde hace los estudios primarios y el Bachillerato. Ingresa en la Facultad de Derecho en 1909, pero abandona pronto los estudios. Al año siguiente ingresa en la redacción del diario zaragozano 'La Crónica de Aragón'. Hace este mismo año su primer viaje a Madrid, consiguiendo un puesto de redactor en la Revista Financiera.
En 1920, una huelga de tipógrafos le impulsa a volver a Madrid. En 1921 es contratado para la compañía del Teatro Eslava, por Gregorio Martínez Sierra, y se presenta ante el público, junto a Catalina Bárcena, con la obra de Arniches, La maña de la mañica. Pasa poco después a la compañía del Teatro de la Princesa. En 1922, pertenece al elenco de la compañía de Carmen Ruiz Moragas y al año siguiente, rueda su segundo film como actor, Maruxa (el primero fue La inaccesible, rodado bajo la dirección de José Buchs, en 1920).
Tras este éxito, consolida su profesión como actor y pasa a la dirección en 1924, adaptando para el cine en otoño del mismo año, la zarzuela La revoltosa, con la que obtiene gran éxito popular. En 1927 descubre para el cine a Imperio Argentina, que protagoniza, bajo su dirección, La hermana San Sulpicio, que ambos repetirían, en el cine sonoro, en 1934.
Interrumpida la producción muda española con la llegada del sonoro, y tras el triunfo de su película La aldea maldita (1929), Florián Rey firma contrato con los Studios Paramount, de Joinville, a razón de 200 francos diarios que, en sucesivos aumentos, llegarían a los 700. Más tarde Florián Rey escribiría subtítulos para la casa United Artists, también con un ventajoso contrato. En 1933, regresa a España reintegrándose al cine español. Su primer film, en este mismo año, es Sierra de Ronda, que aborda inteligentemente el tema del bandolerismo andaluz.
Florián fue el director que más y mejor cultivó el tipismo en su cine. Películas de ambiente aragonés, castellano y andaluz; sainetes, comedias, zarzuelas, son los temas que, preferentemente, jalonan su cine, hecho en su mejor momento, con todas las garantías y todas las exigencias.
Del temario aragonés, sacó enorme partido a lo popular; y supo huir de la baturrada con todas sus fuerzas, aunque en algunas ocasiones (pocas), rindiera culto a la taquilla. Las películas de esta temática fueron estas cinco: Gigantes y cabezudos, Agustina de Aragón, Nobleza baturra, La Dolores, y Orosia.