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Francisco Azorín, el turolense errante

Arquitecto, político, profesor, escritor y humanista, fue uno de los miles de españoles que tuvieron que exiliarse tras la Guerra Civil española

ARAGÓN CULTURA /
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El turolense Francisco Azorín Izquierdo fue uno de los miles de españoles que tuvieron que exiliarse tras la Guerra Civil española. El silencio de la Dictadura ocultó el nombre y la obra de este relevante arquitecto, político, profesor, escritor y humanista, que hoy vuelve a casa gracias al reconocimiento de sus paisanos.

Francisco Azorín nació en la localidad turolense de Monforte de Moyuela, un 12 de septiembre de 1885. Estudió Arquitectura en Madrid y, tras volver a su Teruel natal, acabó por trasladarse a Málaga y posteriormente a Córdoba, donde se estableció y formó una familia.

El historiador Javier Millán ha estudiado su vida y obra y explica que su arquitectura dejó huella en algunas calles de la ciudad de Córdoba. También que Francisco Azorín fue una de las personas que impulsó las viviendas para la clase obrera.

Francisco Azorín también desarrolló una intensa actividad política en el ámbito municipal, además de varias incursiones en la literatura y en el periodismo de opinión. Pero lo que más ha llamado la atención de los que investigan su figura es el trabajo en la difusión del esperanto que llevó a cabo.

En 1939, Francisco Azorín y su familia embarcaron en el vapor IPANEMA, rumbo al Puerto de Veracruz en México. Allí murió, un 27 de diciembre de 1975. Paradójicamente, fue allí, a miles de kilómetros de su hogar, donde Javier Millán descubrió su figura. 

A nuestra época ha trascendido que siempre quiso volver. La historia de Francisco Azorín refleja la del exilio que vivieron muchos otros aragoneses. Un personaje silenciado que regresa a su tierra para ingresar en la numerosa nómina de ilustres turolenses.

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Reportaje 'Francisco Azorín, el turolense errante'
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