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Fascinados por la entomología aragonesa

Dalí, Buñuel, Nabokov o Forges se sintieron atraídos por los insectos y así lo plasmaron en su obra

ARAGÓN CULTURA /
Buñuel en una jornada de observación en la naturaleza
icono foto Buñuel en una jornada de observación en la naturaleza

¿Sabían que Aragón es uno de los lugares de Europa con más especies de insectos? La diversidad paisajística de nuestro territorio, desde las parameras turolenses a la alta montaña pirenaica, favorece su proliferación. Solo en los Monegros se han descubierto más de 5.000 especies diferentes, muchas de ellas endémicas. A lo largo de la historia, científicos aragoneses y de otros lugares lejanos se han sentido atraídos por este territorio. 

La entomología o la ciencia que analiza los insectos tiene sus raíces en casi todas las culturas desde tiempos prehistóricos, principalmente desde la aparición de la agricultura, aunque su estudio científico no empezó hasta el siglo XVI. Los australianos Kirby y Spence publicaron la primera enciclopedia de esta ciencia.

Solo un siglo después, el zaragozano Jordán de Asso, catalogó más de 150 especies endémicas de Aragón. Después le siguieron otros científicos aragoneses fascinados por los insectos, como las bilbilitanas Blanca y Clotilde Catalán de Ocón, las dos primeras mujeres en realizar tratados de botánica y entomología a finales del siglo XIX y cuyo maestro no fue otro que Bernardo Zapater, uno de los naturalistas más importantes de su época y que sacó a la luz el ‘Tratado de mariposas de la Sierra de Albarracín’.

Precisamente para perpetuar este legado, se fundó en 1977 el Grupo Entomológico de Zaragoza. La página 12 del Diario El Noticiero del 17 de febrero de ese mismo año publicaba su constitución. Antonio Melic es uno de los fundadores de esta agrupación y actual presidente de la misma. Y recuerda cómo casi tuvieron que pedir disculpas por tener esas inquietudes consideradas como “raras” en la época.

Los primeros encuentros de la por aquél entonces todavía agrupación tenían lugar en los bajos de la Calle Colón de Zaragoza. Así lo recuerda el entomólogo Enrique Murria, creador del Museo de las Mariposas en Aineto: "Félix Rodríguez de la Fuente fue una inspiración para nuestra hazaña". Y es que Rodríguez de la Fuente se fijaba en los animales en los que nadie se fijaba. Como los integrantes de la Sociedad Entomológica Aragonesa. A lo largo de sus más de cuatro décadas de existencia, su ámbito geográfico se ha extendido más allá de las fronteras de Aragón y de la península ibérica.

Entre los usos de la entomología está la científica o de investigación o la “aplicada” o práctica, la que nos demuestra el impacto que tiene su estudio en nuestro día a día. Es decir, estos minúsculos seres actúan como fuente para extraer datos esenciales en un crimen o situación. Pero una de las vertientes más interesantes de esta ciencia es la etnoentomología o cómo hemos involucrado el ser humano a los insectos en nuestra cultura, religión, mitología y en nuestras formas de ser y estar en el mundo. Desde cuevas rupestres a obras de arte actuales.

En definitiva, seres diminutos, injustamente rechazados, temidos y odiados pero con la capacidad de cautivar a genios como Forges, Dalí o Buñuel, para inmortalizarlos en sus obras.

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Reportaje 'Fascinados por la entomología' en 'La Cadiera'
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