Eugenio Arnao: "Con la pandemia, hemos sacado la Casa del Gaitero a la calle"

El "callejón de la música tradicional" de la localidad zaragozana de Aguarón, en plena Sierra de Algairén, esconde tras las puertas de la antigua casa del cura del pueblo la 'Casa del Gaitero'. El hogar de más de 3.000 instrumentos que el músico Eugenio Arnao ha coleccionado a lo largo de su trayectoria profesional y en sus viajes, sumados a donaciones que se han ido sucediendo en sus catorce años de existencia.

"Cuando vi dos habitaciones de mi casa llenas de instrumentos metidos en cajas, me pareció de un egoismo absoluto. Había que enseñarlos, compartirlos y tocarlos con los amigos", explica Arnao en una entrevista en el programa 'El Tranvía Verde' de Aragón Radio.

La colección incluye instrumentos de música popular de Aragón, pero también de otras partes del mundo. Entre ellos una quijada de burro, un instrumento colombiano, un taiko japonés o un caparazón de tortuga, que llaman la atención de visitantes, pero también de músicos profesionales. Arnao recuerda con cariño como una de estas piezas fue fabricada por un artesano de una aldea de Mozambique o un regalo de su viaje a Nepal.

La casa se divide en diversas dependencias que incluyen un taller donde Eugenio construye instrumentos, el anfiteatro del corral donde se hacen presentaciones de libros, discos y conciertos íntimos. También salas dedicadas a los instrumentos cordófonos, aerófonos, idiófonos y membranófonos.  Y por último está la buhardilla, que se dedica a los "juguetes sonoros", a la tradición musical de Aguarón y al arte contemporáneo. "Todos los huecos de la casa, debajo de escaleras y rincones, están plagados de libros de cultura popular y música tradicional, así como material audivisual que he ido guardando todos estos años", añade Arnao.

Respecto a la música tradicional de la zona de la Sierra de Algairén, el propio Eugenio recopiló durante unos años historias de las rondas y bandas que recorrían sus pueblos hace unas décadas. Información que aparece recogida en el estudio 'La música y el vino', obra de la musicóloga Cristina Mur.

Presente y futuro

Durante el confinamiento, Eugenio ha dedicado tiempo a meditar y a ordenar cosas pendientes. También para, una vez las restricciones fueron disminuyendo, ha contribuido a dinamizar la actividad cultural de Aguarón a través de conciertos, programación de actividades culturales e incluso un rastrillo de objetos del museo. "Creo que le hemos dado un poco de vidilla al pueblo y hemos sacado la Casa del Gaitero a la calle", recuerda.

Respecto a la época que atraviesa el sector cultural en general y el musical en particular, Eugenio confiesa que le suena raro eso de reinventarse a causa de la pandemia: "Yo llevo reinventándome sesenta años, cada día que me levanto pienso qué se puede hacer". Pone el foco en la necesidad de la cultura y en la responsabilidad de las instituciones y empresas para que se siga desarrollando, pero, sobre todo, anima a los ciudadanos a echar una mano a todos los que viven de ella.