Publicidad

Escritoras que firmaron sus obras bajo un pseudónimo masculino

Las hermanas Brönte comenzaron publicando bajo el nombre de 'hermanos Bell', para sortear las dificultades que tenían para que les reconocieran su derecho a escribir como mujeres

ARAGÓN CULTURA /
Pulsa para ampliar

La escritora británica Virginia Woolf decía que, para escribir una novela, una mujer necesitaba "un cuatro propio, con llave y cerrojo". Su ensayo es uno de los clásicos de la literatura feminista y un texto clave para pensar la autonomía personal de las mujeres y su aportación intelectual. Muchas obras escritas por mujeres están consideradas clásicos de la literatura pero, en el momento de ser publicadas, sus autoras se vieron obligadas a firmar con nombre masculino.

Es el caso de las hermanas Brönte, refugiadas bajo el pseudónimo 'Hermanos Bell', que la propia Charlotte desveló años más tarde. Conocida es también la historia de Fernán Caballero, nombre de un pueblo de Castilla la Mancha tras el que se encuentra Cecilia Böhl de Faber y Ruiz de Larrea.

Gregorio Martínez Sierra, autor teatral de principios del siglo XX, era en realidad María de la Hoz Lejárraga, su esposa. Y tras George Eliot, se ocultaba Mary Anne Evans.

Todavía encontramos ejemplos a lo largo del siglo XX y XXI, como J.K. Rowling, cuyos editores le aconsejaron que ocultase su nombre de mujer tras sus iniciales, para evitar perder al público masculino. De hecho, tras la saga de Harry Potter, la autora publicó algunas novelas bajo el pseudónimo de Robert Gabraith, aunque no tardó en salir a la luz. 

Audios

Historias de la Historia: escritoras que firmaron sus obras bajo un pseudónimo masculino
Descargar

Fotografías

Audios

Historias de la Historia: escritoras que firmaron sus obras bajo un pseudónimo masculino
Descargar

Fotografías