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#EncuentroAC ¿Está la filosofía realmente en crisis?

El profesor José Luis López de Lizaga analiza esta cuestión en el #EncuentroAC en colaboración con el ciclo 'Filosofía Joven' del programa '12 Lunas' de Juventud Zaragoza

ARAGÓN CULTURA /

A lo largo de la historia, la Filosofía siempre ha ocupado una posición incómoda en el conjunto de los saberes. Exceptuando la época en la que Hegel llenaba las clases de la Universidad de Berlín o Sartre era una de las voces del siglo XX, a esta disciplina se le ha preguntado muchas más veces "para qué sirve" que al resto de sus compañeras en las Humanidades.

Bajo esta premisa, el Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y profesor de la Universidad de Zaragoza, José Luis López de Lizaga, iniciaba su reflexión en torno a la crisis de las humanidades en el #EncuentroAC de 'Filosofía Joven. Atrévete a pensar' que se celebró este martes en el Auditorio José Luis Borau de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión.

"Sí, hay una crisis pero no es nueva. No significa que la filosofía vaya a desaparecer, así que no deberíamos ser demasiado alarmistas o pesimistas al respecto", explica. Y es que el autocuestionamiento constante forma parte de la propia reflexión filosófica. Todavía más en una crisis en la que los saberes humanísiticos no son útiles, porque no son económicamente rentables. ¿Son más útiles la literatura, el arte o la música porque hay una industria tras ellas?

Algunas ideas para abordar la crisis de las Humanidades

Para José Luis López de Lizaga, la clave está en la reinvención: "Tienen que reinventarse no tanto en sus contenidos, sino en el modo de transmitirlos y de trabajarlos. Por ejemplo desde el sistema educativo. Es un reto difícil pero muy interesante", afirma durante la charla, que puede recuperarse íntegramente en este enlace.

¿Para qué sirve entonces la filosofía? Para lo que ha servido siempre: "para dar espesor conceptual a nuestra propia vida y experiencia". Lo que vivimos, lo que nos pasa, solo lo vivimos a medias si no lo entendemos bien. Para entender las cosas hay que poner palabras a nuestras experiencias, que permitan explicarnos a nosotros mismos lo que nos pasa y también a otros".

Schopenhauer decía que la tarea de filosofía "no es tanto ver lo que nadie ha visto, sino pensar lo que nadie ha pensado sobre aquello que todo el mundo ve". Según López de Lizaga, la filosofía cumple esta promesa "si nos la tomamos en serio". Así que solo por esto valdría la pena mantener este legado.

Por otro lado, el profesor incide en que las preguntas filosóficas son las mismas en el fondo, pero cambian en función de los cambios sociales y culturales: "En nuestra época se incluyen otras preocupaciones como la sociedad, la política o la ética y los que administramos este legado tenemos que saber adaptarlo a los cambios y actualizarlo, sin traicionarlo", determina.

La filosofía pelea desde que existe por defender su espacio en la esfera pública, en la cultura y en las aulas. Por ello, no puede "acomodarse en el victimismo o la autocomplacencia o conformarse con sentirse arrinconada por el poder porque es incómoda e intenta silencirla". Para López de Lizaga es importante que los profesionales de la filosofía intenten justificar socialmente su actividad por lo que ofrecen a la sociedad: un pensamiento crítico que hace a los ciudadanos más libres.

La opinión de Celia y Luna, dos alumnas de Bachillerato

Estas dos alumnas invitadas a la sesión han encuestado a varios alumnos de Ciencias y del Bachillerato Social Humanístico y descubren algunos datos interesantes. Por ejemplo, ante la pregunta de ¿Las ciencias son el futuro y las humanidades se están quedando atrás?, la mayoría dijo que "sí" en ambas disciplinas. Tanto Celia como Luna afirman no estar de acuerdo con esta afirmación, ya que la filosofía "permite detectar falacias y nos hace desarrollar un filtro, en este tiempo en el que la ciencia avanza tan rápido".

¿Debería ser obligatoria la filosofía? La mayoría de los alumnos no estaba de acuerdo, pero le dieron una nota media de 7 cuando les pidieron que valorasen del 1 al 10 la importancia de la asignatura. Todos coinciden en que que la filosofía debería ser obligatoria al menos un año, pero no en bachillerato dedicado a las Ciencias.

Por último, Celia y Luna comparten un brillante alegato a favor de esta disciplina: "Somos la generación de las crisis. La crisis climática, económica, sanitaria... ¿Qué nos queda entre tanto escombro? Pensar. La Filosofía. Nos abre puertas inesperadas, nos ayuda a saber qué hacer en este mundo".

¿Cómo sería una sociedad sin Filosofía? ¿Y una sociedad en la que recobrase el protagonismo de épocas pasadas?

Ante esta pregunta, Celia incide en la importancia de cambiar la concepción de las Humanidades desde el propio sistema educativo: "Mostrar el lado más práctico, su utilidad y aplicación para la vida cotidiana, podría ser muy interesante". 

Luna cree que una sociedad sin filosofía tendría poco de humanidad: "Seríamos robots, actuando sin pensar, como en 'Fahrenheit 451' de Ray Bradbury. Una sociedad sumisa, sin criterio ni crítica".

Por último, José Luis López de Lizaga cree que una sociedad sin estas disciplinas no sería posible: "Lo único que pasaría es que seguiríamos haciéndonos las mismas preguntas, pero las responderíamos mal".

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