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El pozo nuevo de Laluenga recibe a los músicos Philippe Argenty y Anna Mikulska

Este concierto de música clásica está enmarcado en el primer festival SoundMontano

ARAGÓN CULTURA /
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El dúo formado por el pianista Philippe Argenty y la violonchelista Anna Mikulska actuará en el municipio oscense de Laluenga este viernes, día 6 de agosto. Este concierto de música clásica está enmarcado en el primer festival SoundMontano.

En esta ocasión, el escenario será el exterior del monumental Pozo Nuevo, una singular construcción de ingeniería hidráulica considerada la Catedral del Agua, debido a sus dimensiones. Los asistentes podrán conocer cómo el municipio de Laluenga se aseguró el abastecimiento de agua a través de estas construcciones, visitando el Centro de Interpretación de los Pozos Fuente a partir de las 19.30 horas.

El francés Philippe Argenty estudió piano en Perniñán, París y en el Conservatorio Superior de Música del Liceo de Barcelona, donde consiguió en 2011 el título 'Piano Performance' con la máxima nota de la mano del gran pianista y pedagogo ruso Stanislav Pochekin. Además también ha sido merecedor del segundo premio en el Grand Concours International de Piano de París. Desde 2004, realiza conciertos en Francia, Noruega, Italia, España, Alemania y Polonia, en numerosos festivales y temporadas.

Por su parte, Anna Mikulska ha compaginado su formación en Polinia, su país natal y París. Desde el 2005, es solista con la Cracow Young Philarmonic Orquestra y la Orquesta Sinfónica de la Academia de Música de Cracovia. También ha sido miembro de Orchestra of Life, la orquesta personal del gran violinista inglés Nigel Kennedy, con la cual realizó varias giras y más de 30 conciertos en la Filarmonía de Berlín, Royal Albert Hall de Londres, Palacios de Congresos de París, o las Filarmonías de Colonia y Múnich.

El pozo nuevo

La Comarca del Somontano de Barbastro, junto al Ayuntamiento de Laluenga, han llevado a cabo actuaciones para la recuperación del Pozo Nuevo con el objetivo de hacerlo visitable. Toda la estructura es subterránea y salva un pronunciado desnivel entre la superficie y el manantial, de unos 30 metros. La bóveda de cañón que lo cubre sorprende por su excelente calidad y recuerda a algunas iglesias medievales. Conserva una amplia escalera, una bóveda apuntada, y sus sillares están perfectamente escuadrados y montados.

De la cámara del manantial parten tres galerías, que se fueron excavando en épocas de sequía, en busca de la veta, cuando el pozo casi dejaba de manar. El prolongado uso de esta estructura queda patente en la cantidad de huellas de cántaros que han quedado impresas en los bordes del pozo y en la escalinata.

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