El Pirineo convertido en Himalaya

“La cima” es una producción dirigida por Ibón Cormenzana. Está ambientada en el Annapurna del Himalaya, y ha sido rodado en el valle de Benasque con el consejo del alpinista Jordi Tosas, residente en Bonansa (Huesca).

La historia de los montañeros Ione y Mateo, que se encuentran en el Annapurna, el ochomil más mortal del planeta, es una metáfora de la superación y la lucha contra las adversidades, según afirma su director Ibón en el programa de La Cadiera de Aragón Radio.

Esta obra ha sido seleccionada en la muestra cinematográfica anual del Festival de Cine de Málaga, hecho que para su director ha sido un orgullo: “Sólo el hecho de estar ahí, para mí ya ha sido bonito”. “La cima” enseña los valores del alpinismo, como el compañerismo, tener ilusión por conseguir los sueños y trabajar por ellos, vivir de manera sencilla y conectar con la naturaleza.

Cine de montaña

Rodar una película en la montaña “exige no sólo a los actores, si no a todo el equipo técnico, un esfuerzo físico y de preparación muy bestia”, afirma Ibón Cormenzana.

Un rodaje a 3.000 metros de altitud presenta gran cantidad de complicaciones, pero el director recalca la dificultad de adaptarse a los cambios de climatología cada día: “cada día era una nueva aventura, donde teníamos que cambiar de plan y adaptarnos como pudiéramos”. Los cambios repentinos de tiempo, la lluvia del Sáhara tiñendo Cerler de rojo, la borrasca de Filomena y el Covid-19 fueron algunos de los problemas con los que se encontraron durante el rodaje.

Coach de montaña y doble de acción

Jordi Tosa ha sido una pieza clave en la producción de “La cima”. Es un alpinista experimentado, residente en Bonansa y con gran experiencia en la zona de Benasque. Además, ha trabajado como guía en la zona del Annapurna durante muchos años. La pendiente, el color de las rocas o la posición del sol fueron algunos de los factores que ayudó a conseguir para encontrar un pirineo grandioso, profundo y de inmensas paredes.

Además del asesoramiento en las localizaciones, Jordi realizó las escenas de riesgo sustituyendo a Mateo (Javier Rey) y sirvió de inspiración para los dos actores protagonistas: “nos ayudó mucho, sobre todo a Javi y a Patricia, a entender a nivel mental cómo piensan, y el misticismo, la obsesión por llegar a una cima para encontrarse con la vida”.

El especialista asegura que “el alpinismo es más que un deporte, es un arte, una forma de vivir, una filosofía de vida, algo que va contigo y es inseparable de ti”. Así, asegura que cuando vio la película se emocionó porque “realmente captó la esencia de la simplicidad, de lo directo”.

Así, una zona tan peligrosa como el Annapurna, con fuertes pendientes, orientaciones complicadas y una gran acumulación de nieve, se convierte en el escenario ficticio de una historia que realmente está grabada en el Pirineo.