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El legado fotográfico del Padre Castel

Más de 3.000 imágenes del Barbastro de la segunda mitad del siglo XX que se encontraron entre los escombros de un contenedor, resultaron ser obra de este fotógrafo desconocido en su época

ARAGÓN CULTURA /
(F. Museo Diocesano Barbastro Monzón)
icono foto (F. Museo Diocesano Barbastro Monzón)

La historia de Vivian Maier, una niñera que acumuló -en secreto- más de 100.000 imágenes de Nueva York y Chicago de los años 50 a los 90, dio la vuelta al mundo. Pero en Aragón, también contamos con un caso muy similar. Se trata del legado del sacerdote escolapio José Castel, nacido en la localidad de Arén en 1914. 

Durante su etapa en el colegio fundado por San José de Calasanz en Barbastro, el Padre Castel dio clases de Ciencias Naturales. Cuentan que iba siempre cargado con su cámara, cuando salía a la calle, para tomar el pulso a la vida cotidiana de Barbastro en la época. A las manos de Francisco Molina llegaron más de 3.000 negativos de la cámara del Padre Castel que estuvieron a punto de desaparecer.

Las escenas que capturaba, comprendidas entre los años 1968 y 1973, son una muestra de su gran habilidad para retratar las luces y las sombras del Barbastro de la época. Imágenes que reflejan escenas cotidianas, juegos de calle, las fiestas o hechos históricos como la presencia de la Vuelta Ciclista a España o la visita del rey emérito al entierro del alcalde Rafael Fernández.

El Padre Castel se ha convertido en un personaje muy querido por la ciudad del Vero, que dejó a sus habitantes uno de los mejores regalos para su historia: su legado fotográfico.

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