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MODA

El legado de Manuel Pertegaz

Nacido en el municipio turolense de Olba, Pertegaz ha dejado allí una profunda huella

Aragón Cultura /
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¿Qué hubiera hecho ahora Manuel Pertegaz si tuviera 40 años? El diseñador Jorge Vázquez empezó a trabajar sobre esa idea a finales de 2019 cuando asumió la dirección creativa de la marca. Éste es su tercer año en la Madrid Fashion Week. El programa de actualidad, 'Objetivo' de Aragón TV se aproxima al legado del diseñador turolense. Falleció en el año 2014, pero su legado sigue muy presente, tanto en las pasarelas como entre los jóvenes estudiantes de moda. El trabajo que hace dos años asumió Jorge Vázquez al tomar las riendas de la dirección creativa de la firma, se ha mostrado estos días en la Madrid Fashion Week y de ello da cuenta en 'Objetivo' en “El renacimiento de Pertegaz” [Ver prorgama 'A la carta]

Manuel Pertegaz 

(Olba, Teruel, 1917 - Barcelona, 2014) Modisto español. La fecha exacta del nacimiento de Manuel Pertegaz Ibáñez se desconoce. Sólo se sabe que nació en la ignota villa turolense de Olba, a unos sesenta kilómetros de la capital. Unos sitúan el año de su nacimiento en 1917, y otros, en 1918, en el seno de una humilde familia de campesinos.

Cuando Manuel tenía diez años, su familia se trasladó a Barcelona, en busca de una mejor vida. En la Ciudad Condal, el pequeño Pertegaz entró a trabajar como chico de los recados en una tienda de la calle del Carmen, pero sólo dos años después entró como aprendiz en el taller de sastrería Angulo, donde se abrió una sección de mujer.

Cierto día, había que terminar el abrigo de una clienta y se habían ido todos los empleados. Manuel se dedicaba a los trajes masculinos, pero ni corto ni perezoso, le dijo al dueño: «Yo lo hago». Y cortó y cosió con acierto un trozo de tela negra para hacer el abrigo, que gustó a la interesada. Fue cuando descubrió que lo que le atraía era el mundo de la moda femenina y, aún adolescente, empezó a practicar en solitario para las mujeres y amigas de su familia.

De aprendiz de sastre a la alta costura

En 1942 se independizó y abrió su primera casa de alta costura, con su nombre, en el entresuelo de un edificio de la avenida Diagonal, en la que aquel mismo año presentó su primera colección, caracterizada por una palabra que le gusta mucho, elegancia, y, además, originalidad, en una época marcada por el aislamiento internacional de España. «La elegancia del cisne», como gusta llamarla, y que para Pertegaz encarnó como nadie Audrey Hepburn, a quien conoció a través de otra de sus amigas incondicionales, la condesa de Romanones. Su éxito en Barcelona le impulsó a abrir casa en Madrid en 1948, en la calle Hermosilla esquina con Velázquez.

Una retrospectiva y un encargo especial

En 1997, inesperadamente, debutó en la moda masculina con una primera colección que causó impacto. En 1998 cerró el desfile de moda que se presentó en la Expo de Lisboa y el Ayuntamiento de Barcelona le concedió la Medalla de Oro al Mérito Artístico. Al año siguiente Juan Carlos I y la reina Sofía le entregaron la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, en Santiago de Compostela; por su amistad con la reina, fue uno de los galardones que más apreció.

A principios de febrero, antes de diseñar el traje de doña Letizia, Pertegaz recibió el mayor homenaje que se le puede otorgar a un modisto, algo que no consiguieron, a pesar de sus demandas, Balenciaga o Rabanne: una retrospectiva de sus creaciones en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), como reivindicación de la importancia de uno de los modistos más cotizados de la alta costura internacional en las décadas de los sesenta y setenta. Dedicar más de setenta años al desarrollo de un oficio es un talento que no está al alcance de todos, sobre todo en un mundo tan efímero como el de la moda.

En 2004 remataba su dilatada carrera al recibir el encargo de diseñar y confeccionar el traje de novia de doña Letizia Ortiz, prometida del príncipe Felipe, que en 2014 iniciaría su reinado como Felipe VI de España. Pertegaz, a pesar de su avanzada edad, tuvo el presentimiento de que sería elegido para confeccionar el traje de novia de la futura reina de España, un broche de oro indiscutible para una carrera tan dilatada, pero también un reto, porque el traje de doña Letizia se convirtió en una cuestión de Estado.

Pero este tenaz diseñador, que ha vestido a mujeres como la reina Sofía cuando era princesa, la duquesa de Badajoz, Bibis Salisachs de Samaranch -a quien consideraba su musa-, Silvia Coca, Aline Griffith de Romanones, Carmen Polo, Carmen Franco, Ava Gardner, Audrey Hepburn, Jackie Kennedy y un larguísimo etcétera, no se asustó por tamaño encargo: «A cualquier diseñador le hubiese ilusionado hacer el traje, porque Letizia es encantadora y tiene un bonito cuerpo». Por ello, seguro de sí mismo, afirmó: «Este traje pasará a la posteridad». Y así ha sido.