El Carnaval en Aragón

Los Carnavales llevan más de un año esperando para poder dar otra vez rienda suelta a las fiestas. Fueron el gran broche final en 2020 justo antes de que estallara la crisis sanitaria, y ahora vuelven a tomar el control de las calles de todos los pueblos de Aragón.

El Sobrarbe, cuna del Carnaval por excelencia

Dentro de esta comarca oscense, destacan los Carnavales de Bielsa, en los que las Trangas se arman con cuernos, piel de choto, camisas de cuadros y sayas (faldas), y se pintan la cara con hollín y aceite mientras sujetan en la boca una patata con dientes tallados con navaja. Salen a la calle a buscar a las Madamas, jóvenes solteras vestidas con trajes llenos de color, mangas almidonadas, cintas, joyas y guantes. Bailan con ellas por las calles del municipio, al mismo tiempo que l’Onso (el oso), con un saco de hierba seca a la espalda y una piel de oveja por encima, pasea atado por el Pastor, que lo cuida pero también lo golpea con su tocho (palo).

Además, L’Amontato (disfraz de un hombre que parece ir montado a las espaldas de una anciana) y el Caballet (un disfraz de caballo con falda y cascabeles) se unen a la Garreta (traje típico muy colorido) y la Yedra (disfraz de la misma planta) para inundar las calles de este municipio sobrarbense en la semana del carnaval, que este año tiene lugar del jueves 24 al domingo 27 de febrero. Durante todos estos días, se cuelga en el Ayuntamiento el muñeco de Cornelio Zorrilla, confeccionado con ropas viejas, mientras todos los personajes danzan por el pueblo, para después ser sometido a un juicio popular como autor de todo lo malo que le pasa al valle, donde es declarado culpable y quemado para finalizar el Carnaval en la tarde del domingo.

Mientras tanto, en Torla, en el alto valle del Ara y puerta del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, encontramos el juicio y muerte de “Carnabal”. Esta bestia de sacos, pieles y cuernos es custodiada por el Tenedor, personaje encargado de vigilarlo. Para dar por finalizado el carnaval, es juzgado y condenado por el «Tribunal de la Santa Inquisición», tras concederle besar a una moza como última voluntad.

Por otro lado, en el valle de la Fueva el Carnaval es itinerante. Todos los asistentes se desplazan en caravana de un pueblo a otro, empezando en Tierrantona y pasando por La Cabezonada, Aluján, Palo y Rañín entre otros, donde los vecinos reparten comida y bebida a los varios miles de personas que se dan cita en este carnaval tan popular entre los jóvenes (y no tan jóvenes).

En Broto realizan una comitiva fúnebre, donde se apaga toda la iluminación del pueblo para dar paso al “Muerto” (dos personas cubiertas con una sábana), cuyo recorrido es alumbrado con antorchas.

En la provincia de Zaragoza también abundan tradiciones del Carnaval. En Épila es tradición arrasar el municipio buscando comida y bebida, mientras todo el mundo se oculta tras “mascarutas” burlonas en los concursos de balcones y desfiles del “Jueves Lardero”. El fin de semana sigue con almuerzo tradicional el sábado y un gran desfile el domingo, para terminar quemando a “Don Zaputero”.

En Luco de Jiloca, perteneciente al municipio de Calamocha, celebran la popular fiesta de los “Zarragones”, donde simbolizan la alegría de la vida. Los diablos, antagonistas y madamas, que representan la versión femenina del carnaval, amenizan el sábado con su presencia en los desfiles, llenos de música protagonizada por los dulzaineros.

Esto no es todo, ya que en la capital zaragozana también se realizan actividades para que los más pequeños disfruten esta festividad. Los días 19, 25 y 26 de febrero el Conde Salchichón y sus adlátares, el Caballero de la Hornilla, Don Carnal y Doña Cuaresma aparecen en los barrios de La Jota, Delicias y Santa Isabel, además de en el Centro Comercial Puerto Venecia. También la tarde del sábado 26 se celebra una concentración de comparsas en la Plaza San Miguel, se libera al “Rey de los Gallos” y un Gran Desfile desemboca en la Plaza del Pilar. Finalmente, el domingo tiene lugar el Carnaval Infantil con un pasacalles desde la calle Alfonso I hasta la Plaza del Pilar, con pregón y actividades.