El alma de las casas abandonadas

La despoblación rural ha afectado a muchos pueblos de todo Aragón: en la zona del Matarraña concretamente, la despoblación ha llegado al 80%. Joana Boix ha decidido luchar contra este fenómeno desde Beceite (Teruel), y ha creado un proyecto sobre las casas que resultan abandonadas cuando sus dueños se van: las compara con un cuerpo humano que se vacía y se queda sin alma para comenzar su deterioro.

“La casa es como un cuerpo, habitado por personas que serían el alma”

Joana trabaja con las casas en las que, una vez vacías, “empieza un proceso de deterioro que genera mucha belleza”. Este proyecto ha cogido diferentes formas, como es el grabado, hacer una punta seca y acabar sobre escayola, según cuenta en el programa de Atónitos Huéspedes de Aragón TV.

En algunas esculturas de las casas que realiza ha incorporado ramas en la parte inferior con la “intencionalidad de ponerle raíces a la casa”. Las hay también con la parte inferior redonda, “para que nunca puedan mantenerse en pie, a no ser que tengan puntal o que vayan enganchadas a una pared, donde ya volverían a ser otra vez parte de una fachada”.  

Venus primitivas

La artista lleva a cabo otro proyecto además, “Soy más que un cuerpo fértil”. Este habla de las mujeres, de cómo les afecta el hecho de no poder tener métodos anticonceptivos o abortivos a su alcance. Tras una depuración grande, Joana se queda con “el pezón, que es el elemento que más se repite”. Realizó moldes de sus propios pezones y los incluyó en un traje, colocados entre la guata y la media, buscando provocar la sensación de “abocarte un poco al asco”.

Cuenta que mientras que en otros proyectos hay un trabajo conceptual previo, no es el caso de las ilustraciones: “soy un poco más libre a la hora de hacer”. Utiliza la acuarela, bolígrafos, rotuladores e incluso lejía, y considera que tiene una “necesidad de búsqueda constante de materiales, técnicas y texturas que me aporten y enriquezcan mi trabajo”.

Para finalizar, comenta: “me estoy concretando, pero también me gusta vivir en la inconcreción”.