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Cuando el arte engaña al ojo humano

La escultura como crítica a las ‘fake news’, las matemáticas en la decoración y la reinterpretación de los materiales en el trabajo de Antonio Fernández Alvira

Aragón Cultura /
icono foto Antonio Fernández Alvira en Atónitos Huéspedes

Antonio Fernández Alvira creció en una familia de carpinteros y ebanistas, y desde pequeño se le recuerda pintando y jugando con trozos de madera. Estudió Bellas Artes en Bilbao, donde uno de sus profesores, Ángel Bados, le marcó: “Influyó mucho en mí, en cosas que estoy descubriendo con el tiempo”, afirma Fernández en el programa de Atónitos Huéspedes de Aragón TV.

Nació en Huesca, estudió en Bilbao y ahora reside en Madrid. Respecto a Aragón, considera que “tristemente es un territorio complejo a la hora de dedicarte a la cultura”. Destaca que, a lo mejor, “falta un entramado de algún tipo, que promueva mucho más a los artistas, comisarios y agentes culturales aragoneses”.

Los primeros proyectos de su trayectoria artística estuvieron relacionados con la identidad de género, los roles y el determinismo. Antonio se apropió del bordado, elemento tradicionalmente considerado femenino, para hablar de lo masculino: “me iba bordando siguiendo una línea de dibujo, un patrón, que conforma el traje que es la masculinidad”. Más adelante, cambió de técnica para centrarse en la arquitectura, y realiza escenografías y paisajes efímeros. “En mi trabajo, el material o soporte lo utilizo distinto a como tradicionalmente se utiliza”, comenta al explicar sus trabajos escultóricos tridimensionales.

Crítica a las Fake News

El artista también utiliza los materiales y los montajes visuales para hacer “engaño”. Así, crea esculturas que parecen ser de madera, pero que en realidad están hechas con papel. Realiza así una crítica a las fake news, y se enmarca dentro del movimiento contemporáneo.

Antonio se apoya también en el concepto de anastilosis. Consiste en “colocar un fragmento, y por contraposición podemos leer el conjunto”, y es un tipo de exhibición que se utiliza en “Elementos para un discurso”, una de las últimas exposiciones del artista. Partiendo de este concepto, ha trabajado también con dispositivos que imitaban a aquellos de un museo arqueológico. Partiendo de la apropiación del escombro, le aporta otro tipo de lectura al cambiar su material, su disposición y su exhibición, y le da valor a algo que previamente no lo tenía.

Por otro lado, “Lacerías de la geometría vaciada” es su participación en el concurso de Cervezas Alhambra, que colabora con la Feria ARCO para realizar una selección de artistas emergentes actuales del panorama nacional, a los que invitan a realizar un proyecto acerca de la Alhambra de Granada. Deben trabajar junto a un artesano, y Antonio Fernández eligió la lacería, un “elemento ornamental de la Alhambra, utilizado como decoración pero con características como el dinamismo, la geometría y la repetición, todas ellas cuestiones matemáticas”.

Así, creó una pieza que se exhibió en la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid y que ha marcado un antes y un después en su línea de trabajo, porque le ha permitido incorporar ese material a su repertorio. Lo ha unido a su trabajo con un nuevo proyecto, titulado “Lo fluir de lo fijado”, que trabaja con ornamentos y estructuras arquitectónicas.

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