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Hay comedias en las que el absurdo provoca situaciones hilarantes, muy alejadas de la realidad, que el espectador disfruta. Aquí una selección de Rafa Moyano.
Sopa de ganso
La República Democrática de Freedonia, un pequeño país centroeuropeo, a cuyo frente se encuentra el muy liberal señor Rufus T. Firefly, se ve amenazada por la dictadura de Sylvania, país de vieja y reconocida solvencia como agresor. Dos espías de prestigio, Chicolini y Pinky, sirven a Sylvania, lo que no impide que acaben siendo ministros del ahora ya excelentísimo Firefly.
El nivel de absurdo de los hermanos Marx fue muy dificil de superar. Tuvo que ser un genio de la comedia como Blake Edwards el que supo volver a hacer reir poniendo a su protagonista, principalmente Peter Sellers, en situaciones increibles.
El nuevo caso del inspector Clouseau
El patoso detective Jacques Clouseau investiga un caso de asesinato. El difunto es el chofer de un hombre rico y la principal sospechosa es la criada, María. Sin embargo, el inspector Clouseau no parece estar convencido de esta hipótesis, María es demasiado guapa para ser una asesina.
La vida de Brian
Cambiamos de década y llegamos a los años 70. De nuevo tenemos que mirar hacia Inglaterra para redescubrir a uno de los grupos humorísticos más importantes de todos los tiempos, los Monty Phyton.
Brian nace en un pesebre de Belén el mismo día que Jesucristo. Un cúmulo de desgraciados y tronchantes equívocos le harán llevar una vida paralela a la del verdadero Hijo de Dios. Sus pocas luces y el ambiente de decadencia y caos absoluto en que se haya sumergida la Galilea de aquellos días, le harán vivir en manos de su madre, de una feminista revolucionaria y del mismísimo Poncio Pilatos, su propia versión del calvario.
Aterriza como puedas
Otro magnífico equipo especializado en comedias absurdas es el formado por los hermanos Zucker, David y Jerry, que junto a Jim Abrahams hicieron historia del cine. A ellos les debemos el hecho de que un actor de línea clásica como Leslie Nielsen se convirtiera en uno de los payasos, en el mejor de los sentidos, más recordados del cine.
En Aterriza como puedas, el vuelo 209 de la Trans American sale de Los Ángeles con destino a Chicago. Entre el pasaje se encuentran una serie de curiosos personajes. Entre ellos, un ex-piloto de combate que, en pleno vuelo, se verá obligado a hacerse con el mando del avión comercial, tras quedar los pilotos indispuestos por una comida en mal estado.
El milagro de P. Tinto
En su más tierna infancia, el niño P. Tinto tiene una revelación: su propósito en la vida debe ser la procreación de una abundante descendencia. Sueña con un montón de hijos que crezcan a su alrededor sanos y fuertes. Quince años después, P. Tinto y Olivia, una mujer ciega y tacaña, forman un hogar en un aislado valle por el que sólo pasa, cada veinticinco años, el Expreso Pendular del Norte. Los P. Tinto desean tener hijos, pero pasan los años y no llegan. Cincuenta años después, dos marcianitos, a los que se les ha averiado el ovni, llegan al lugar, y los P. Tinto piensan que se trata de sus hijos.
Amanece que no es poco
Teodoro, un ingeniero español que es profesor en la Universidad de Oklahoma, regresa a España para disfrutar de un año sabático. Al llegar, se entera de que su padre ha matado a su madre y, para compensarlo de la pérdida, le ha comprado una moto con sidecar para viajar juntos. Así es como llegan a un remoto pueblo de montaña que parece desierto; lo que ocurre es que todos los vecinos están en la iglesia, porque la misa es un auténtico espectáculo.