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Capítulo 9. Sancha de Castilla, la santa reina

'Reinas, damas y señoras'. Mujeres en la historia de Aragón

ARAGÓN CULTURA /
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Ramon Berenguer muere años después tras una vida larga y repleta de éxitos militares y conquistas. Deja a Petronila viuda con apenas 26 años. El primogénito, el infante Pedro había fallecido siendo un niño y es entonces, al fallecer el Conde de Barcelona, cuando Petronila cambia el nombre del heredero. Ramón nombre de la casa condal de Barcelona, por Alfonso, probablemente en recuerdo del Batallador. Sería Alfonso el que habría de ceñir la corona asegurada por la figura de su madre en un reino engrandecido por la pericia política y militar de su padre.

Su matrimonio estaría pactado casi desde su nacimiento y la elegida iba a trenzar lazos con Castilla. Sancha era hija del emperador Alfonso VII (1126 - 1157), rey de Castilla y León y de una princesa polaca, Doña Rica o Riquilda de Polonia, su segunda esposa. La confirmación de los esponsales entre Alfonso II y Sancha se produjo en septiembre de 1162, el año de la muerte de Ramón Berenguer IV, aunque el matrimonio no se celebraría hasta doce años después

 Sancha se traslada muy niña con su madre a Barcelona, a la corte de la reina Petronila donde crece entre los que serán en un futuro su familia y vasallos. 

Sin embargo, Aragón busca una segunda opción y  es que además del matrimonio con Sancha, y debido a las desavenencias históricas con Castilla, se establecen otros contactos para futuros matrimonios nada más y nada menos que con una princesa bizantina,  Eudoxia, sobrina o hija del emperador Manuel I Comneno. La princesa bizantina llegará a emprender viaje hacia Aragón, pero cuando llega a Provenza, ya se había contraído el matrimonio entre Alfonso y Sancha, con lo que la princesa quedará, sin matrimonio, camino del altar. 

El 18 de enero de 1174,  Alfonso, II y la infanta Sancha de Castilla contraen matrimonio en Zaragoza, aunque no se conoce con certeza si la ceremonia fue en la Seo y posiblemente las celebraciones en la Aljafería u otro escenario.  Ese mismo día y como era costumbre, su marido la dotó con diversos bienes a su favor en Aragón. Se conserva el documento de "donationem propter nupcias" o  esponsalicio que establece: 

"Yo Alfonso, por la gracia de Dios rey de los aragoneses, conde de los barceloneses y marqués de Provenza doy por las nupcias o esponsales contigo Sancha, mi esposa, reina ilustrísima,  bienes en Monclús, Barbastro, Pomar, Tamarite, Naval, Zaidín, Mequinenza, Bolea, Cuarte, Tierz y Pina, Y te doy Almonacid y Alfamén. Todos estos castillos y villas, con todos sus términos y pertenencias te doy en el reino de Aragón con todo lo que yo tengo o debo tener"

En este contexto el matrimonio con Sancha no podía ser más perfecto. Ella es hija del Emperador, y hermana del rey de León Fernando, así como tía del rey de Castilla, Enrique I. Además, el matrimonio con Alfonso II funcionó bien o al menos eso se desprende de los  nueve hijos del matrimonio y los calificativos que le otorga en diversos documentos en los que se dirige a ella como «venerable Sancha, nobilísima reina, estimada esposa".

Sancha no fue una reina consorte al uso, dedicada a la maternidad y asegurar la descendencia a través de sus nueve hijos. Ella acompañó en numerosas ocasiones a su marido, sobre todo cuando había asuntos que solventar relacionados con los territorios que constituían sus arras —y en esas ocasiones la reina firmaba como señora y «dueña» de dichos lugares—, pero también pasó muchas temporadas sola en alguna de las residencias reales, seguramente  ocupándose de la administración de la casa real y, conforme fueron llegando, entregada a la crianza de sus hijos

Figura en el escatocolo de bastantes documentos como asistente a los actos de gobierno de su marido. Firmó decenas de documentos  como "Sancia regina Aragon, comitissa Barchinone, e marchisia Provincia". A partir de 1184, además, Sancha otorga algunos documentos propios e incluso protagonizó una expedición a la Ribagorza para recuperar ciertos castillos  en mayo de 1176,  una imagen de una reina que hasta entonces no se conocía.

Jerónimo Zurita señala que:

 "La reina doña Sancha se apodera de todas las fuerzas de Ribagorza. En este año por el mes de mayo, estando el rey ocupado en las cosas de la Provenza, la reina doña Sancha -según parece en memorias antiguas- entró en el condado de Ribagorza y se apoderó de todas las fuerzas y castillos que eran de la corona real".

El cronista no apunta nada más, pero, por lo que dice, se puede pensar que seguramente algunos nobles se habían rebelado y se habían apoderado de distintas fortalezas, y Sancha se había enfrentado a ellos en defensa de sus tierras. 

Sancha pasará a la historia sin embargo por ser la fundadora del monasterio de Sigena, un lugar fundamental para esta familia. Estamos en 1188, el 6 de octubre, se aprueba la regla del monasterio.

"Armengol… siervo de los pobres de Cristo y hermano del Santo Hospital de Jerusalén… a Sancha, por la gracia de Dios muy noble reina de Aragón … y muy devota esposa del ínclito rey Alfonso. 

Puesto que nuestra casa siempre acostumbra a aceptar las justas peticiones, máxime estas que se solicitan y promueven con tan elevados y fervientes afecto y fuerza, nos y todos nuestros hermanos consentimos a vuestra religiosa petición. Así pues, confirmamos y aprobamos esta nueva e inhabitual manera de vivir para nuestras hermanas, que a nosotros se pidió que fuera instituida… 

Corroboramos el establecimiento de dicha institución en Sigena para que nuestras hermanas vivan y allí continúen…"

Las reglas del monasterio se detallan cuidadosamente como nuestra el siguiente texto de la regla. 

"El despertar de las monjas: Cualquiera que puesta en pie viera junto a sí a alguna hermana tumbada presa del sueño, la despierte. En caso de no hacerlo, será azotada en el capítulo por esta. Habiéndose levantado las demás, nunca ninguna ose permanecer en el dormitorio, aunque esté enferma, a no ser que estuviera gravemente enferma …

Sobre el castigo de las novicias: Se cuide que ninguna de las novicias sea agarrada por los cabellos, ni sea golpeada con el calzado ni con el puño ni sean azotadas con una rama del hombro hacia arriba. Pero se les castigue con una ramita en la espalda, bien en el capítulo o en el claustro, para que así aprenda…

Del momento en que deben bañarse: A la religiosa que le fuera necesario bañarse... entre sola en el lavatorio y se guarde de entrar con otras, que mientras ella no salga nadie osará entrar…

De la largura del pelo de las monjas: Los cabellos de las monjas llegarán hasta media oreja para que no muestren soberbia de unos cabellos excesivamente largos o no sean excesivamente cortos…

De los vestidos: No vistan pieles silvestres de los conejos, sin embargo tengan tantos vestidos con cíngulo, lanas y pieles de cordero como los que los hermanos del Hospital suelen portar…"

Sigena quedará desde entonces vinculada a la Corona de Aragón y entre sus muros se criarán varias de las hijas de Sancha, que trabajará incansablemente para dotar al monasterio de riquezas y obras de arte, lo que incluso supondrá enfrentamientos con su hijo Pedro cuando este herede la corona. 

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