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Capítulo 13. Jaime I y Leonor de Castilla, los primeros años del Conquistador

'Reinas, damas y señoras'. Mujeres en la historia de Aragón

ARAGÓN CULTURA /
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Veinticuatro prohombres, abades, priores, el oficial del obispo y varios religiosos, doce damas y otras tantas doncellas con cirios en la mano  y dos notarios esperan en la puerta de la cámara del rey, mientras dentro se fragua un engaño. Pedro II, que cree acudir a un encuentro secreto, en la más absoluta oscuridad, con la dama de sus sueños, está en realidad yaciendo con la Reina, María de Montpelier, que junto a sus hombres de confianza, le ha tendido una trampa. En ese único encuentro, cuentan las crónicas, se engendraría un heredero. Jaime I, el conquistador.

Nacido en 1208  y fallecido sesenta y ocho años después, fue reconocido como rey con tan solo cinco años. En su largo reinado,  amplió notablemente la Corona de Aragón tras las conquistas de Mallorca y el área levantina, y por ello recibió el sobrenombre del Conquistador. Tan guerrero como religioso, su personalidad se forjó entre los templarios, donde se crió y fue educado. Su ideal, el espíritu cristiano al servicio armado de la cristiandad, plasmado en la lucha contra el Islam guio su vida como rey. Pero el mismo calificativo o apodo puede ser utilizado en su vida personal por las numerosas mujeres con las que tuvo relaciones. Fue un hombre muy activo tanto en las conquistas como en las alcobas.

Los primeros años de vida Jaime los pasó bajo la custodia de Simón de Montfort en el castillo de Carcasona (Francia), el gran enemigo de su padre. Como garantía para que Pedro no invadiera sus territorios de la Corona de Aragón en el Sur de Francia, el joven infante quedaba cautivo y recibía de este caballero una educación. Se pactó también un matrimonio con Amicia de Montfort, su hija, que nunca llegó a celebrarse

Jaime, huérfano de padre y madre desde los cinco años, quedaría retenido en el castillo de Carcasona, hasta que tras un año de reclamaciones, y solo por mandato del papa Inocencio III, se traspasó su custodia a los templarios en el castillo de Monzón en 1214.

Para los intereses de la monarquía convenía que con toda rapidez Jaime I tuviera descendencia para así asegurar la continuidad de la dinastía, por eso contrajo matrimonio cuando contaba 13 años, en febrero de 1221, con Leonor de Castilla en la población soriana de Ágreda. Nacida hacia 1191, Leonor era hija de Alfonso VIII de Castilla y de su esposa, la reina Leonor de Plantagenet. Este enlace unía a Jaime no solo con Castilla y con León, sino también con Inglaterra y la Aquitania francesa, entre otros territorios europeos.

Él contaba con 13 años, aún era un niño y ella, al parecer, entraba en la treintena. El rey, lo cuenta así en el Libro de los Hechos.

"Entrábamos a la sazón en los trece años, y por falta de edad tuvimos que estar aun por espacio de uno en compañía de la reina, sin cumplir con ella lo que todo marido está obligado a cumplir con su mujer" (L. H, 18)

En los primeros años la reina Leonor intervino en algunos actos de gobierno al comienzo de su matrimonio, firmando junto a su esposo los documentos, aunque después dejó de hacerlo. Se desconocen los motivos, que bien pudieron ser por diferencias entre los cónyuges o porque Jaime I, al hacerse un hombre, ya no necesitaba de la participación de la Reina.

No se sabe ni por qué ni cuándo se produjo el distanciamiento entre el Jaime y Leonor, aunque algunos historiadores lo achacan al interés de él por la castellana Elo Álvarez, una dama de compañía de Leonor, también de procedencia castellana y familia de la propia reina a la que el monarca llama “dilecta nostra”, que puede traducirse como "nuestra preferida" (1225), y cuando el rey utiliza en su autobiografía esta expresión es con las mujeres con las que mantenía relaciones.

Las fuertes discordias entre ambos esposos hicieron que Jaime I iniciara el proceso de separación de su esposa.  Finalmente el legado papal disolvía el matrimonio por razones de parentesco en sentencia dada en Tarazona el 29 de abril de 1229 ya que Jaime y Leonor eran primos en un grado de parentesco prohibido por la Iglesia porque ambos eran biznietos de Alfonso VII de Castilla.

Una vez disuelto el matrimonio, Leonor volvió a Castilla, acompañada de su hijo Alfonso, por entonces el heredero. A partir de ese momento las relaciones de ambos con Jaime I fueron distantes y ocasionales.  Durante un tiempo Leonor vivió en la corte castellana junto a su hermana Berenguela y el rey Fernando III, su sobrino.  Finalmente, acabó su vida retirada en el monasterio burgalés de las Huelgas donde falleció (según unos en 1244, según otros en 1251) y allí fue enterrada.

A mediados del siglo XX, en una investigación efectuada en el  Monasterio de las Huelgas se comprobó que los restos mortales de la reina Leonor, estaban momificados y en buen estado de conservación. Había sido una mujer corpulenta y de los restos de sus vestimentas se anotó que vestía camisa de lino y un hábito negro de lana. Su momia medía 1´60 metros de estatura y se hallaba con las manos cruzadas sobre el pecho.

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Leonor de Castilla y Violante de Hungría los dos matrimonios legítimos de Jaime I
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