‘Mujer tenías que ser’. La construcción de lo femenino a través del lenguaje

¿Cómo podría no influir en las mujeres (como mitad de la sociedad) una forma determinada de narrar sus experiencias o de silenciarlas, de sancionarlas de forma positiva o negativa a través de la lengua? Es la pregunta que se hace María Martín Barranco, licenciada en Derecho y especialista en intervención social con enfoque de género, en su libro que acaba de publica “Mujer tenías que ser” (Catarata) donde analiza con mucho acierto cómo se ha construido lo femenino a través del lenguaje.

Ha repasado antiguos diccionarios cuyas definiciones en muchísimos casos han contribuido negativamente a construir lo femenino. Sin embargo, son problemas que se trasladan hasta nuestros días. Véase por ejemplo la diferencia entre la definición de loro y lora. En femenino es coloquialmente mujer charlatana. En masculino no es hombre charlatán, sino persona que habla y se repite mucho. Con esto, llama la atención la escritora, parece que el neutro sea el masculino y no es así, no debería ser así.

Ocurre algo parecido con ‘comadrear y compadrear’. El segundo es hacer o tener amistad con fines poco lícitos, mientras el primero es chismear, murmurar, charlar, conversar, generalmente de cosas sin importancia o contar algo con indiscreción o malicia.

Reflexiona María Martín Barranco sobre el lenguaje. Dice que construye, que no es ninguna tontería y anima a todo el mundo a usarlo convenientemente.