Borja celebra el X aniversario de la restauración del Ecce Homo

Borja celebra este fin de semana el décimo aniversario del Ecce Homo, una pintura que se encuentra en el interior de la iglesia del Santuario de Misericordia y que, debido a su fallida restauración, se conoce en todo el mundo.

El homenaje a la restauración y a su autora, Cecilia Giménez, girará en torno a una gala con entrega de premios a los medios de comunicación que han dado voz a la pintura y la proyección de un corto documental.

Durante la última década, la obra recibe cerca de 10.000 visitantes al año y acumula más de 200.000 en total.

El sábado 10 de septiembre a las 19:30 horas, en el Teatro Cervantes, se realizará la gala con entrega de premios y el homenaje al Ecce Homo y a Cecilia Giménez.

Por su parte, el domingo 11 a las 12:00 horas, se emitirá el corto documental “Mis Ecce Homos” en la Iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia.

La historia del Ecce Homo

El Ecce Homo de Borja es una restauración (o repinte) sobre una imagen anterior que se encuentra en el interior de la iglesia del Santuario de Misericordia. Esta obra desencadenó el conocimiento por parte de todo el mundo de la existencia del propio santuario y de Borja, situando la localidad en el mapa turístico de una manera tan intensa como casual. La pintura originaria, un Ecce Homo realizado por el pintor Elías García, pasaba inadvertido para casi todos dentro de la iglesia del santuario.

Debido al mal estado de conservación que presentaba la obra, muy deteriorada, una parroquiana y devota de la Virgen de la Misericordia comenzó en 2012 un proceso de restauración que dio lugar a este fenómeno mediático a nivel mundial. Casi de forma inmediata, el resultado de esta fallida o inacabada intervención se convirtió una de las imágenes más difundidas por todos los medios de comunicación en estos últimos años, dando la vuelta al mundo y atribuyendo a Borja y a ‘su’ Ecce Homo una fama y una popularidad impensable.

El cambio sufrido (no buscado) por el santuario es innegable, hubo un antes y un después del repinte del Ecce Homo. A partir de entonces, es constante el tráfico de visitantes, turistas y curiosos que acuden al Santuario de Misericordia para ver en persona y fotografiar tan singular versión. Sin duda, se trata de una visita que siempre arranca una sonrisa.