Almudena Grandes: “Los años 50 tienen una falsa apariencia de tranquilidad”

Publicó ‘La madre de Frankestein’ en febrero y a pesar de que el coronavirus haya paralizado la promoción, ha sido uno de los libros más vendidos durante la cuarentena. Incluido en su ciclo de novelas dedicadas a la posguerra ‘Episodios de una Guerra Interminable’, Almudena Grandes se adentra esta vez en el oscuro universo de la psiquiatría durante el franquismo y en concreto en la figura real de Aurora Rodríguez Caballeira.

Aunque la novela transcurre entre 1954 y 1956, la trama siempre retrocede y avanza, y llega a hablar de 117 personajes diferentes, pero especialmente da protagonismo a esta mujer, madre y parricida de la célebre Hildegart Rodríguez. Aurora era una enferma mental que tras asesinar a su propia hija “porque estaba convencida de que estaba haciendo el bien” explica Grandes, acabó ingresada en el manicomio femenino de Ciempozuelos.

La autora quedó “fascinada” con la historia de la madre, la más desconocida, hace ya treinta años. Pero en su libro hay más personajes reales (siete de los 117) entre los que  también destacan las historias de los psiquiatras Vallejo Nájera, que estableció la existencia de un gen del marxismo y López Ibor, que estaba dispuesto a curar la homosexualidad con lobotomías.

La desesperanza de los años 50 en España

La escritora dice que todavía le queda un episodio más que dedicará a los años 60 pero en ésta se detiene en los 50, que asegura "tienen una falsa apariencia de tranquilidad porque en realidad el Régimen ejercía un terror distinto”. Reflexiona Grandes cuando señala que “el Estado intervenía en aquella época en la intimidad de las personas, especialmente en la de las mujeres”. Recuerda que “aunque ya no metían a la gente en la cárcel consiguieron que cada mujer española viviera en la suya propia”.