50 años del Día del Traje Ansotano

A las tradicionales alpargatas, trenzadera, basquiña o escapualrio, se le añade este año la mascarilla. En condiciones normales, el ropero municipal habría vestido a cien ansotanos. Pero la pandemia ha obligado a cancelar la fiesta. Solo Andrea y Eloy se ponen este traje, que significa mucho para ellos: "Tenemos un tesoro y es un lujo que las mujeres del ropero se puedan dedicar a mantenerlo", explica Andrea. A lo que Eloy añade que es importante "rendir homenaje a nuestros antepasados", a través de tradiciones como esta.

Un símbolo identitario desde la época medieval, que estos días solo puede disfrutarse en el museo de la localidad, que acoge vestimentas donadas por los propios ansotanos. Cada uno de ellos servía para una tarea o situación en la vida cotidiana.

Algunos vecinos han sacado sus mejores galas a los balcones, calzas, medias o delantales con mucha historia familiar. Aunque ha habido quien se ha animado a salir a las calles como cada último fin de semana de agosto, pero añadiendo la mascarilla obligatoria.

La música también ha estado presente con la Jota de Ansó, que ha sonado en la megafonía de sus calles para celebrar el 50º aniversario de esta fiesta, con una programación especial que tendrá que esperar a 2021.